Aún hoy en día, aunque parezca mentira, es demasiado frecuente que los clientes soliciten en sus concursos presentar una propuesta gráfica junto con la oferta. ¿Tú empresa o institución también lo hace? ¿Sí? Te contaré porque es un grave error. Spoiler: es como empezar la casa por el tejado.
El diseño visual de un producto digital es la consecuencia final de todo un proceso de trabajo en equipo. El cual incluye el estudio detallado de las necesidades y problemas que necesitamos resolver. Un proceso colaborativo en el que definiremos las funcionalidades que debe incluir la solución, su contenido, su tono, el contexto de uso, las características de los usuarios y un largo etcétera de cuestiones.
Si antes ni siquiera de empezar a trabajar en todas estas cuestiones pides el diseño de tres o cuatro pantallas clave del producto, estás demandando el resultado final de todo el proceso sin pasar por el mismo. Lo que pueda diseñarte el proveedor, por definición, no será una solución adecuada a las necesidades de tu proyecto. Y si dejas que ese diseño inicial sin sentido marque el trabajo posterior de tu proveedor estarás forzando una solución que, con total seguridad, no será la óptima. Causando, más pronto que tarde, insatisfacción y frustración tanto para ti como para tu proveedor.
Si lo que necesitas es evaluar la capacidad gráfica de tus proveedores potenciales, algo perfectamente lógico y necesario, debes consultar su portfolio. Es decir, sus trabajos anteriores. Ni más ni menos. Con ello tendrás de sobra para saber si se trata de un proveedor lo suficientemente solvente para tus necesidades o no.
Ahora ya sabes que si quieres obtener la mejor solución de diseño que tu proveedor pueda proporcionarte, no debes solicitarla antes de realizar todo el trabajo previo que requiere. Si además eres un cliente al que le gusta y le interesa establecer relaciones de largo plazo con sus proveedores, relaciones de igual a igual basadas en el respecto y la confianza, tampoco deberías solicitar una propuesta gráfica junto con la oferta. Se trata de una falta de respeto flagrante por el trabajo de tu proveedor, ya que le obligarás a trabajar durante varios días sin cobrar por ello. Es decir, sin obtener reconocimiento por su trabajo. Es algo que seguramente no te gustaría que te pidieran hacer a ti, ¿no es cierto?