El trabajo se expande hasta ocupar todo el tiempo disponible para que se termine.
Esta “ley” fue enunciada por primera vez por en 1955 como artículo satírico en The Economist, por el británico Cyril Northcote Parkinson. Siendo ampliada y publicada dos años más tarde en el libro “La ley de Parkinson y otros estudios” (Parkinson's Law and other studies).
Las conclusiones a las que llegó Parkinson derivan de su amplia experiencia en la administración pública británica. Describen con carácter irónico y mordaz situaciones que tienden a producirse en algunas entidades fuertemente burocratizadas y estamentadas.
La Ley de Parkinson nos enseña que las tareas se expanden para ocupar todo el tiempo disponible. Este concepto es de aplicación tanto en usabilidad del software como, especialmente, en la gestión de proyectos, ya que nos recuerda la importancia de enfocarnos en la eficiencia y evitar complicaciones innecesarias. Al tener presente esta ley, podemos hacer nuestras interfaces más simples y nuestros proyectos más ágiles, asegurando que cada acción y diseño tenga un propósito específico y contribuya al objetivo final.
La Ley de Parkinson en usabilidad y experiencia de usuario
En el contexto de usabilidad y experiencia de usuario (UX), esta ley sugiere que, sin límites claros, las interfaces y funcionalidades tienden a volverse más complejas y menos eficientes. Al aplicar esta ley, el objetivo es simplificar y enfocarse en lo esencial, eliminando características innecesarias que no aportan valor al usuario final. Este enfoque conduce a diseños más intuitivos y eficaces, mejorando la experiencia general del usuario al facilitar la navegación y la interacción con el producto o servicio. La clave está en diseñar con propósito y precisión, garantizando que cada elemento cumpla una utilidad real y mejore la usabilidad.
Existen un gran número de leyes y principios de experiencia de usuario (UX) y usabilidad que apoyan o van en la línea de buscar la simplicidad. Algunas de ellas ya tratadas en este blog: la ley de Miller, la ley de Prägnanz, la ley de Hick, la ley de Tesler, la navaja de Ockham…
La Ley de Parkinson en la gestión de proyectos
En la gestión de proyectos, la Ley de Parkinson destaca cómo los plazos y recursos pueden inflarse innecesariamente si no se establecen límites claros y objetivos precisos. Al aplicar esta ley, se busca mejorar la eficiencia y productividad, enfocándose en establecer plazos realistas y evitar la procrastinación. Esto implica una planificación cuidadosa y la definición de objetivos específicos para cada etapa del proyecto, asegurando que el equipo se mantenga enfocado y se minimicen los retrasos y el trabajo superfluo.
Conclusión
La Ley de Parkinson es de aplicación tanto en diseño UX como en gestión de proyectos porque enfatiza la eficiencia y la necesidad de evitar la complejidad innecesaria. Al reconocer cómo el trabajo y las características pueden expandirse sin un enfoque claro, podemos crear productos y procesos más simplificados y orientados al usuario. Esta ley nos ayuda a mantenernos enfocados en objetivos claros, mejorar la satisfacción del usuario y optimizar los recursos, subrayando la importancia de definir límites y prioridades claras para lograr resultados efectivos y eficientes.
Si quieres conocer más sobre esta ley, puedes partir de su artículo en la Wikipedia.