El tiempo que se requiere para alcanzar a pulsar un objetivo depende de una relación logarítmica entre su superficie y la distancia a la que se encuentra.
Expresado de manera más simple: cuanto más lejos y más pequeño sea el objeto que hay que pulsar, más tardará el usuario en conseguirlo.
Resulta bastante lógico, ¿verdad?
Esta ley fue formulada por el psicólogo Paul Fitts en 1954.
Si quieres conocer su formulación matemática exacta y otros muchos detalles interesantes, puedes partir de su artículo en la Wikipedia.